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Democracia y Autoritarismo


Alejandro Vargas Osorio 

México 09/02/2025


La democracia se basa en la soberanía de los pueblos y de la igualdad política de todos, esta dominación está asociada a la validez de los derechos fundamentales del ciudadano y a la protección del individuo por el Estado de Derecho (Dahl, 1985), contrario al autoritarismo, que se opone al liberalismo, pluralismo, individualismo y cualquier valor moderno (Adorno, 1969).

Según la conclusión del reporte realizado por el Latinobarómetro en 2018, en América Latina circulaba la idea de que un gobierno autoritario es más preferible que un gobierno democrático. Sin embargo, el 2024 se caracterizó como un año de resiliencia para la democracia, ya que la encuesta señaló que el apoyo a los regímenes democráticos de manera general en Latinoamérica creció 4 puntos con respecto al 2023. Aquí algunos de los factores que influyeron en este resultado. 

Optimismo en la economía familiar

A través de una encuesta, se encontró que un 52% de las familias perciben un futuro económico más estable en los próximos doce meses, dato alentador que contrasta con el año anterior, el cuál señalaba un optimismo del 47%. Esto es reflejo de una estabilización postpandemia en diferentes rubros económicos, lo que beneficia a las familias directamente. En suma, la percepción del desempleo como principal problema económico en Latinoamérica se ha reducido en 23 puntos porcentuales en los últimos 10 años. Al mismo tiempo, el modelo económico de libre mercado ha convencido a más personas y percibe su porcentaje de confianza más alto desde la pandemia, con un 66%. 

Los latinos sienten sus vidas más satisfactorias

¿Diría usted que está satisfecho con su vida? Más allá de las condiciones materiales, el humor social, parámetro intangible, es igualmente válido  para tener una medición del progreso. Éste puede ser medido por la satisfacción personal, que actualmente muestra un promedio del 79% a nivel general en Latinoamérica, dato que muestra un gran avance desde que empezó a medirse este indicador en 1997, cuyo porcentaje fue de 41 puntos. 

A pesar de los resultados anteriores, el estudio también señaló que Latinoamérica requiere de cambios esporádicos y pequeños relacionados con el funcionamiento gubernamental, pero se percibe un progreso general en todos los países de la región, hecho que probablemente se deba a que 2024 fue año de elecciones y transición política.

La Columna Vertebral de la Democracia

Las instituciones como maquinaria y estructura de la sociedad han jugado el rol de entidades que mantienen el orden y promueven la estabilidad que en consecuencia llevan al progreso (Ortega y Gasset, 1914). Las encuestas realizadas por el Latinobarómetro han revelado que la ciudadanía gradualmente ha sentido una mayor confianza hacia las instituciones tanto públicas como privadas, las de orden gubernamental y eclesiásticas, con ahínco en las fuerzas de seguridad. 

La confianza hacia las instituciones ha generado como efecto secundario un aumento en el interés de las personas en conocer a sus líderes, los parlamentos locales, los procesos y funcionamiento del gobierno, así como la gestión del poder, lo que en inglés se conoce como politics. También se pudo observar que los ciudadanos tienen un sentimiento de cercanía más arraigado hacia los partidos políticos, especialmente, aquellos del espectro de derecha. 

El Fustigo de la Democracia

La creciente confianza hacia la democracia viene con un sabor amargo, ya que la violencia y la corrupción continúan siendo los principales flagelos para Latinoamérica.  La vox populi indica que la seguridad poco o nada ha progresado a pesar de los esfuerzos, especialmente en el cono sur. 

Sorpresivamente, se percibe un ligero progreso en el combate a la corrupción, 37% de los latinoamericanos creen que se ha reducido este mal, sin embargo, para los ciudadanos de la región la norma es que los países (o sus gobiernos), sean totalmente corruptos. 

En conclusión, los ciudadanos de Latinoamérica han atisbado una estabilidad económica de manera personal y comunal postpandémica, lo que les ha dado una sensación de progreso. Como consecuencia, su satisfacción personal ha incrementado, elevando su moral y optimismo, hecho que ha brindado más confianza hacia las instituciones, los líderes y la maquinaria gubernamental. En suma, los plebiscitos que se llevaron a cabo demostraron un mayor pluralismo, libertades civiles más escuetas y una cercanía más evidente hacia los partidos políticos, lo que llevó a la democracia como una forma de gobierno preferible por encima de cualquier otra en 2024. Pero no todo es positivo, los casos como Venezuela, Cuba, Bolivia o Perú, son un recordatorio de que aún hay mucho trabajo que realizar en la lucha por la democratización de la región.


 
 
 

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