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Un libro sobre estrategias electorales escrito y centrado en experiencias mexicanas no es común y menos cuando no pretende sólo exponer los conocimientos aceptados y difundidos en otras publicaciones, sino que intenta concebir la forma para generar campañas competitivas, las únicas útiles cuando uno o dos puntos son la diferencia entre el triunfo o la derrota.

En 1998, el conocido politólogo italiano Giovanni Sartori publicó un libro que cambió para siempre nuestra manera de entender la TV y su impacto en los seres humanos, en especial en la política y la democracia. El libro se llama Homo Videns. La sociedad teledirigida, y su tesis central sostiene que la TV llegó muy temprano a la humanidad y se ha vuelto contra ella, no sólo porque marca una involución biológica del Homo Sapiens al Homo Videns, sino porque alimenta y reproduce la ignorancia y la apatía de una sociedad, lo cual es aprovechado por los políticos profesionales para manipularla de acuerdo a sus propios intereses.

Desde hace mucho tiempo la comunicación política constituye una impor- tante herramienta de relacionamiento entre los gobernantes y los goberna- dos. Primero fue el contacto directo entre electores y elegidos, cuando los candidatos requerían de un balcón y una plaza llena para comunicar sus ideas, convencer al electorado y obtener su apoyo. Por supuesto que ese mecanismo iba acompañado de medios de comunicación masivos como la prensa escrita y la radio.

A partir de las determinaciones directas o ausencias deliberadas que establece, por comisión u omisión, el modelo de comunicación política estructura el sistema de información que el Estado le provee a los candidatos para difundir y publicitar sus posiciones, y que pone a disposición de los ciudadanos para que estos puedan ejercer un voto informado, razonado y consciente. Una coedición de AMIC, WAPOR y la BUAP

Hemos pasado de la comunicación del poder al poder de la comunicación. Desde esa perspectiva, la comunicación política contribuye a construir el poder, permite que los gobernantes y los gobernados adquieran un contacto más próximo, que los medios de comunicación jueguen un rol protagónico y posibilita, a la vez, una opinión pública consciente y participativa. Una edición de "Quipus", CIESPAL

Durante más de dos mil años de uso en la gestión de los asuntos públicos, la democracia, en la práctica, ha sido esencialmente un sistema de “arriba hacia abajo”. Las decisiones de liderazgo en la parte superior de la pirámide electoral han influenciado a la voluntad popular en la parte inferior. Una edición de la BUAP, Autor Ralph Douglas Murphine

El presente libro tiene como objetivo principal dar a conocer de manera didáctica, ágil y clara los lineamientos centrales que guían la planificación estratégica de una campaña electoral. La planificación estratégica de la comunicación política en las campañas electorales aportará las herramientas necesarias para que los conocimientos puedan ser puestos en práctica; para que los saberes sean extrapolados, aplicados y tengan impacto en la realidad.

Los implacables efectos de la pandemia por covid-19 provocaron que, al 25 junio de 2020, más de sesenta elecciones en el mundo se pospusieran. En el continente americano, algunos países como Bolivia, Chile, República Dominicana, Uruguay y las locales de México (Coahuila e Hidalgo) tuvieron que agendar nuevas fechas para sus procesos. Más allá de las decisiones adoptadas, se debe reconocer que no existe el riesgo cero. La pandemia implica una redefinición de todos los protocolos del proceso electoral, ante el riesgo de propagación del coronavirus entre funcionarios electorales y ciudadanos.

Durante 25 siglos la estrategia ha sido considerada como un fenómeno militar. Frontinus lo define como: “todo aquello llevado a cabo por un caudillo que se caracterice por su visión de futuro, ventaja, compromiso o resolución” y Herodoto diferencia entre la estrategia, “dirección de una armada”, y estratego, “cargo, o dignidad de jefe de armada”. Durante este periodo ¿en qué momento se han cruzado las trayectorias de la estrategia, la comunicación y la política?

La investigación del mercado electoral está siempre al servicio del diseño de la estrategia de una campaña profesional. La premisa es incuestionable: si no hay diagnóstico, no hay estrategia; y si no hay estrategia, no hay campaña. Así de simple, pero a la vez compleja, porque no se puede pensar en un despliegue publicitario, la construcción de la imagen del candidato, la elaboración del discurso o el diseño del mensaje, si no estamos seguros de dónde surge y por qué lo hacemos.

El big data ha llegado a la polÍtica, por lo cual la lectura de los datos permitirá entender el comportamiento de los usuarios-electores. En los próximos años, las estrategias de los partidos políticos y sus candidatos podrán segmentar, apuntar y disparar a objetivos específicos del mercado electoral, de manera tan precisa como inaudita. Entre los beneficios de utilizar la data se encuentra la predicción del comportamiento electoral de la audiencia, pues permite extraer gustos e intereses para diseñar programas políticos ajustados a sus necesidades.

Cada elección es una guerrilla y cada ciudadano, un guerri- llero. Como suele suceder en toda América Latina, algunos meses antes de que comience la contienda electoral, los equipos de campaña deben encaminar todos sus esfuerzos para conquistar al electorado. En los medios de información y dentro del mundo digital, las principales noticias girarán en torno a los precandidatos, dejando de lado noticias que tienen una mayor relevancia, como la propia pandemia o la realidad económica, social o cultural de estos países.

Los electores han cambiado, no solo en sus características, sino en la forma de planear su decisión. En la mayoría de los países de Latinoamérica, votan libremente y saben que tienen el poder para apoyar, castigar o emitir un voto “útil” a aquellos candidatos que, incluso si no les agradan o convencen, pueden derrotar a los funcionarios que en su opinión no han sabido gobernar.

Las campañas políticas contemporáneas destinan una gran parte de sus recursos, humanos y económicos, a la creación de un personaje creíble y atractivo, con un discurso consistente y calculado que se identifique con las ilusiones y los anhelos de los electores. Las consideraciones estéticas y retóricas ocupan la mayor parte de la agenda del equipo al inicio de la campaña.

Las campañas electorales son espacios de disputa. Si usted fue candidato, consultor o miembro de algún equipo que haya participado en una contienda electoral sabe de qué le hablamos. No importa si es candidato a alcalde de una ciudad pequeña, si quiere llegar al Congreso o si su aspiración es gobernar su Estado. En cualquier escenario, ganar la atención del elector es un camino cada día más difícil y por eso tiene que estar preparado.

La política es una construcción social, donde dimensiones simbólicas y prácticas se conjugan. La acción política se mueve en complejos espacios de percepciones. ¿Qué o quién define a un operador político y cuáles son las formas de operar la política? Ante la ausencia de investigación sistemática, se han creado imágenes casi folclóricas de los operadores políticos. Hay quien los define como los brokers o lobistas del poder, agentes encargados “de aceitar el sistema de engranajes de la negociación política” o bien, “como extremadamente pragmáticos, abren puertas, identifican oportunidades, amortiguan golpes y tienen las mejores agendas de contactos”

El presente ebook es el resultado de esta nueva propuesta. Más de veinte artículos, organizados en 5 capítulos, buscan servir como herramienta para encarar el inicio del 2014 con lo que esperamos sean energías e ideas renova- das. Confiamos por tanto que, las visiones aquí expuestas, serán de utilidad para todos quienes viven con pasión la comunicación política.