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Toma de Protesta de Nicolás Maduro




Después de las elecciones del pasado 28 de julio en Venezuela, el siguiente 10 de enero se llevará a cabo la 3° toma de protesta de Nicolás Maduro de manera consecutiva después de haber ganado con un 52% de los votos computados según el Consejo Nacional Electoral. La unción se realizará en un contexto de grave crisis política, económica y alimentaria, así como múltiples irregularidades señaladas  durante los comicios. De la misma forma, el 5 de enero también se reeligió a la Asamblea Nacional, máximo órgano del poder legislativo, contando con un respaldo total de todas las instituciones y las fuerzas armadas.


El evento se caracterizará por una fuerte presencia de 12 mil elementos policiales y del ejército que se encargarán de blindar el Palacio de Miraflores y la capital, Caracas, así como las localidades aledañas, cerrando vialidades e inspeccionando cualquier posible siniestro para preservar la paz, hecho inigualable en cualquier foro de este tipo en la historia de esta nación, orquestado por Diosdado Cabello, Ministro del Interior y Justicia de Venezuela y una de las figuras más importantes del régimen bolivariano.


Lo anterior debido a que la oposición interna ha denunciado múltiples restricciones y persecución por parte del gobierno y ha hecho un llamado a tomar las calles y marchar en contra de Nicolás Maduro junto a los resultados del plebiscito, principalmente María Corina Machado y Edmundo González, quienes alegan quejas y denuncian la falta de transparencia por parte del CNE y pronuncian a Edmundo G. U. como el verdadero ganador de la contienda con un 70% de los votos obtenidos, mismo que en este momento se encuentra de gira en diferentes países de Sudamérica y que cuenta con una orden de arresto y una recompensa por su captura de cien mil dólares. Las autoridades venezolanas afirman que en caso de que González ponga un pie en Venezuela, será detenido, de igual manera, el 9 de enero se reportó el arresto y posterior liberación de Corina Machado, aunque la veracidad de los hechos sigue en duda. 


Asistir a la toma de protesta ha generado controversia y los analistas observan que hay tensiones con respecto a quienes asistirán al acontecimiento. Por el momento, se tiene conocimiento de la presencia de los Jefes de Estado de los países miembros de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA),conformado por Cuba, Nicaragua, Dominica, Ecuador, San Vicente, Granadinas, Antigua y Barbuda, Santa Lucía, entre otros. Los expertos comentan que su asistencia se debe a la “Diplomacia Petrolera”, aspecto que propició  la creación de relaciones estrechas entre Venezuela y los regímenes de izquierda, llevando a un apoyo hacia Maduro.


Sin embargo, un caso que resalta por su extrañeza es el de Chile, ya que a pesar de ser un gobierno con tendencias izquierdistas, ha mostrado un  rechazo hacia el triunfo de Maduro, su presidente, Gabriel Boric, pide transparencia en el proceso electoral aludiendo que este caso poco o nada tiene que ver con las izquierdas o las derechas, sino que es un tema de democracias o no democracias. Otro caso que resalta pero no por su extrañeza, es el del Presidente Electo de los Estados Unidos, Donald J. Trump, que junto con la actual administración de Joe Biden, señalan de ilegítimos los resultados de la elección, tensando aún más las relaciones entre ambas naciones, añadiendo un anuncio al aumento en la recompensa por su captura por 25 millones de dólares por nexos con el narcotráfico y corrupción.


Por otro lado, los países en Latinoamérica han tomado diversas decisiones a raíz de los resultados del comicio; Perú, Argentina, Paraguay, Uruguay, Chile, Costa Rica y República Dominicana mostraron inconformidad, suspendieron y retiraron sus delegaciones diplomáticas de Caracas, mientras que Bolivia, Nicaragua, Cuba, Honduras, China, Rusia, Turquía, Guinea Ecuatorial, Laos, Uzbekistán, Bielorusia, Irán, Malí, Mozambique, Qatar, Serbia, Sudán, Vietnam, entre otros, han expresado reconocimiento y plantean mandar líderes o representantes al evento, mientras que países como Colombia, Brasil o México han manifestado una posición neutra ante los hechos.


Por su parte, el Gobierno de México y la Jefa de Estado, Claudia Sheinbaum Pardo, no apoyan explícitamente el régimen de Maduro, pero tampoco lo condenan, ya que “le corresponde a las y los venezolanos, no a México, definir” y han tomado la decisión de mandar a Leopoldo de Gyvés de la Cruz, embajador de México en Venezuela, a que acuda a la toma de protesta. Hecho que refuerza el discurso de la no intervención de los pueblos que ha manejado el Gobierno de México desde el sexenio pasado.


Las tensiones diplomáticas sólo inmiscuyen a Venezuela en un escenario de hiper nacionalización en el que limitarían más el alcance de importaciones y exportaciones, y por ende, el desarrollo productivo y económico de su nación; dependerían aún más de Rusia para fortalecer sus operaciones especiales de seguridad y la capacitación de sus fuerzas armadas e incrementaría la deuda que adquirieron con China para actualizar las tecnologías de eficientización de extracción de petróleo. A un nivel regional, Venezuela tendrá un estatus negativo en los diferentes índices de evaluación democrática en comparación con los demás países de la zona, obteniendo una connotación de régimen autoritario, ya que según los especialistas, hay tropiezos en los procesos electorales, se acota el pluralismo político, el funcionamiento gubernamental es deficiente, la participación política está limitada y se traban las libertades civiles.


Por último, la cantidad de gente que sale a manifestarse, los obstáculos que impone el gobierno a la oposición y las movilizaciones de la ciudadanía tanto dentro como fuera del país, así como la inconformidad de la comunidad internacional, son un reflejo de los habitantes por un cambio y dicho cambio sigue dando un atisbo de esperanza.


Fuentes:


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